arios organismos europeos señalan la medida de cortar el gas a Polonia y Bulgaria como un "chantaje", ante el que no están dispuestos a ceder.
Después de avisar el pasado mes de marzo, en las últimas Vladimir Putin ha cumplido con su amenaza de cortar el gas procedente de Rusia a aquellos países calificados como "hostiles" que se negaran a pagar en rublos. Polonia y Bulgaria se han convertido en las primeras víctimas de esta decisión, aunque desde el Kremlin afirman que podría darse con más países que se nieguen cumplan las condiciones.
"Si los consumidores rechazan el nuevo sistema de pago, el decreto presidencial será implementado", aseguró el portavoz de Presidencia ruso, Dmitri Peskov. Desde Europa consideran esta decisión un "chantaje", en palabras de la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen. La medida también ha sido criticada por el presidente del Consejo Europeo, Charles Michel, y la presidenta del Parlamento Europeo, Roberta Metsola.
"El anuncio de Gazprom de que unilateralmente cesa el envío de gas a sus clientes en Europa es otro intento de Rusia de usar el gas como instrumento de chantaje. Es injustificado e inaceptable", ha precisado von der Leyen en un comunicado. En cualquier caso, asegura que Europa está "lista para este escenario" y que ya se trabaja en un plan para dejar de depender del gas ruso.
"Estamos trazando nuestra respuesta coordinada de la UE, también trabajamos con los líderes europeos y mundiales para garantizar la seguridad del suministro energético. La era de los combustibles fósiles rusos en Europa llegará a su fin. Nuestra respuesta será inmediata, unida y coordinada", ha manifestado la jefa del Ejecutivo comunitario.
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